miércoles, 10 de julio de 2013

El guardian de altamar .





Y pensar que hay quienes no conocen el mar ..... Tenía apenas dos años cuando sucedió , creo no recordar mucho los detalles , no sé , ni recuerdo mucho las primeras mañanas en aquel lugar . Así pasaron los días , y escuchaba por las noches, Todas las noches ....  El murmullo de las olas estrellandose contra el fuerte peñasco que sostenía aquello que era nuestro hogar , la casa en el faro. 
Aquel lugar que desde la costa apenas y se veía que constrastaba con las tonalidades azules del oceano o con el gris atemorizante de una tarde de tormenta . 

Muchas fueron las tardes que no veía otra cosa que no fuese el mar , que no escuchara si no una mezcla del oleaje intenso con el fuerte sonido que hace un barco cuando divisa el muelle , las gorras de capitan agitandose al viento saludaban al infante que azotaba las palmas de alegria respondiendo al saludo de la embarcación que llegaba. Las noches frescas azotadas por el viento del éste, la luna parecía iluminar a proposito la habitación , muchas veces me asomaba por la ventana , me subia a  un viejo mueble de madera y reclinandome sobre él veía los reflejos de la luna como miles de peces danzantes sobre la superficie , o al menos eso creía yo en ese entonces . 
Los días eran incesantemente memorables , el sol veraniego tostaba la piel y el azul intenso del cielo decoraban los recuerdos que aun sobreviven tanto como aquellas noches de tempestad en las que los brazos fuertes de aquel hombre subian a la parte mas alta del faro y continuaba su labor guiando al barco que alo lejos se acercaba con temor de encallar , eran un equipo necesario aun sin conocerse, contaban el uno con el otro y la satisfaccion del farero estaba en lograr la tranquilidad del capitan siendo visible el fuerte rayo de luz para guiarlo hacia el muelle . Muchas veces me desperte y no negare que sentía miedo aveces de estar allí , era una situación muy rara ame el mar, Es mas aún lo amo....  pero siempre tuve miedo de perecer ahogado en él , las noches aveces eran angustiosas , sobre todo las noches de tormenta en las que la furia del mar se desataba y golpeaba con tal impetu el peñasco aque que creía que lo derribaria , la furia del oceano era solemne pero el peñasco no doblegaba ante los ataques de éste , pudo soportar tanto que hoy , después de tantos años ahí sigue . Ayer lo volví a ver después de tantos años hoy ya no vive nadie ahí , lo manejan con otro mecanismo ya no vive un farero como antes , lo contemple desde la bahía ... Muchas cosas han cambiado empezando por mí, ya no soy el mismo niño que una vez contemplaba la bahía desde el faro, me inundé de emoción cuando al caeer la noche el faro destelló el primer rayo de lúz, fué como desistir en el tiempo e imaginar que estaba alli, era feliz . 
Es verdad que mucho cambió en todo en la ciudad sin embargo no debemos permitir que el tiempo nos deshiniba de nuestros ideales , aprendi mucho del faro y del peñasco , aun que el oceano lo azotado por años el proposito de estos no ha cambiado han permanecido ahí siendo azotados por la tormenta ellos saben que es entonces cuando mas deben de seguir siendo : resplandecientes como lamparas en una noche de tormenta . 

Yo crecí con el mar, al lado de éste . Y pensar que hay gente que no conoce el mar......

1 comentario: